Como todas las semanas, en DFC reflexionamos sobre la educación. Esta vez, hemos reflexionado sobre si realmente nuestra sociedad está dando un buen ejemplo a los niños, y qué clase de consecuencias tendrá este ejemplo en un futuro.


Gracias a una de las reflexiones de la creadora de Design for Change, Kiran Bir Sethi, que dejó muy clara en este artículo (http://www.huffingtonpost.com/kiran-bir-sethi/we-need-to-teach-our-chil_b_6926710.html), nos dimos cuenta de que, gracias en parte a las nuevas tecnologías y a la innovación, vivimos en una sociedad de pensamiento y actuaciones rápidas, lo que a veces provoca un sentimiento de impotencia con el que nos toca lidiar a todos.

Se ha implantado una educación enfocada al logro académico y al éxito, a comprender las nuevas tecnologías, el mundo de los negocios y de la empresa, y a interesarse por la política. En primera instancia no parece algo malo, pero como podemos observar en ocasiones a nuestro alrededor, vivimos contaminados por la idea de que las personas solas no pueden cambiar el mundo.

Por eso, la filosofía de DFC quiere cambiar ciertos hábitos que encarcelan a nuestra mente y que cortan las alas. Queremos mostrarle a los niños desde pequeños que cambiar no es algo malo, que diferenciarse del resto es posible y que deben encaminarse a corregir o “darle la vuelta” a aquello que realmente les motive. Incentivar ese optimismo juvenil natural que sienten y cultivarlo, en vez de desanimarles.

Gracias a la observación, empatía, imaginación… los niños de todo el mundo se han ido ocupando de problemas que observaban a su alrededor y que querían cambiar. Han trabajado para influir en áreas como son las relacionadas con personas mayores y discapacitados, viendo la erosión que estaban teniendo algunas de sus tradiciones y luchando para preservarlas.

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Ellos han resuelto miles de retos en el mundo entero. Muchos educadores ya están implantando Design for Change para desarrollar las habilidades de los niños y ponerlas en marcha en la vida real. Se está construyendo el sentido de la responsabilidad y el ser conscientes de cómo funciona la vida en los niños.

Todos necesitamos sentir que nos parece que está mal, o que simplemente no necesitamos. Debemos imaginarlo y compartirlo con el resto de la sociedad. Y debemos también tener la oportunidad de tener en la mano las herramientas para conseguirlo.

Firmado: Rocío Barallat Torrón