Después de formar al personal de Save the Children en el Taller de Facilitación virtual de Design for Change, entrevistamos a José Luis Pedroche; de Desarrollo, Formación y Comunicación Interna.
Como no podía ser de otra manera, ya que de Facilitación virtual estamos hablando, encontramos a José Luis a través de Google Meet y, enlazando pregunta-respuesta, vamos generando conversaciones que nos muestran por qué es tan importante aprender herramientas para gestionar el cambio, sobre todo en el entorno actual de incertidumbre en el que vivimos.
Por Beatriz Alonso
PREGUNTA: Buceando en tu LinkedIn para documentarme para esta entrevista, he encontrado una frase en tu biografía que ha captado al instante toda mi atención: “Comfortable living in change. Uncertainty is a value, it keeps me alive”. En Design for Change ofrecemos herramientas para diseñar el cambio y gestionar la incertidumbre. ¿Podrías explicar cómo vives tú el cambio y qué significa para ti? ¿Cómo lo vives en tu día a día en el trabajo en Save the Children?
RESPUESTA: Llegué a Save the Children un poco por casualidad. Antes trabajaba en IKEA, y la que es ahora mi responsable me contactó y me contó el proyecto y la necesidad de profesionalizar el tercer sector. Después de pensarlo mucho y revisar mis valores, decidí que me interesaba. Yo soy pedagogo, así que trabajar en una organización donde la educación es un pilar muy importante, me llevó al momento de encontrarle el sentido a muchas cosas. Además, me apetecía mucho un proyecto nuevo. Y aquí llevo seis años ya.
Así que nos pusimos a implantar el cambio en un entorno donde no se estaba acostumbrado a trabajar de esa manera. ¿Y qué es profesionalizar? ¿Poner unos cuantos protocolos? Es mucho más, es aprender a gestionar la incertidumbre, que cada vez se está acusando más: porque estamos más en medios, en redes sociales…
P: Porque todo va mucho más deprisa y tenemos que aprender a reaccionar mucho más rápido.
R: Exactamente. Desde que el mundo es mundo vivimos en la incertidumbre, pero ahora tiene mucho más impacto.
P: Y contar con herramientas para gestionarla nos permite vivir con un poco más de tranquilidad.
R: Hay que saber gestionar la incertidumbre desde el interior. Si lees a los estoicos, lo ves: solo puedes hacer lo que está en tu mano.
P: Por eso es mejor “ocuparte” en lugar de “preocuparte”.
P: Claro, y es que lo bueno del cambio, como decía en mi frase que citabas al principio, es que te mantiene vivo. ¿A qué venimos al mundo? A resolver problemas.
P: Que podemos transformar en retos. Todo depende de la perspectiva desde donde los afrontes. El “cómo” y el “con qué” afrontas los problemas, es decir, la actitud y las herramientas de las que dispones, importa y aporta mucho. ¿Cuáles son los mayores retos a los que os enfrentáis como organización en Save the Children?
R: Yo vengo de la cultura de IKEA: una multinacional con unos valores perfectamente definidos, donde no había grandes normas y si mucha flexibilidad; y las decisiones se tomaban en base a esos valores. Por eso, volviendo al tema de la profesionalización del tercer sector de la que hablábamos, no creo que tenga que basarse en normas sino en valores, para poder atender a las necesidades reales, que es con lo que hay que trabajar: ese es el reto, cubrir las necesidades.
Yo venía de la visión de IKEA: “Crear un mejor día a día para la mayoría de las personas”. Así tuvo éxito, y no porque lo buscase. El éxito le sobrevino porque la visión estaba perfectamente definida. Y la misión estaba acorde: “Ofrecer una amplia gama de productos para la decoración del hogar bien diseñados, funcionales y a precios tan bajos que la mayoría de la gente puede comprarlos.”. Esto va marcando el camino y es perfectamente aplicable al mundo del tercer sector: tú llegas aquí con un propósito que es crear un mejor día a día para las personas.
Y es verdad que hay que buscar el equilibrio. En el caso de Save the Children, que tenemos que mejorar la vida de la infancia más desfavorecida, puedo hacer dos cosas: ser ambicioso hasta un punto donde sé que no voy a llegar y frustrarme mirando adónde no he llegado; o bien, centrarme en aquellos niños y niñas a quienes realmente sí hemos llegado. El hecho de cambiar la vida de una sola persona ya es para estar orgulloso. Ese valor es lo más importante.
P: ¿Cómo apoyáis a estos niños y niñas a quienes sí llegáis para mejorar su infancia?
R: En este momento de incertidumbre donde todo es tan cambiante, más que nunca es necesario observar a nuestros beneficiarios. Tenemos que manejar nuestros recursos de la mejor manera posible para que lleguen a las personas más desfavorecidas. En ese sentido, tenemos que ser responsables y apostar, ante los financiadores, por los proyectos que aseguran que estas personas pueden elegir el futuro que quieren. Es en este momento cuando empezamos a buscar herramientas para facilitarlo.
P: ¿Cómo impulsáis el empoderamiento de niños, niñas y jóvenes en Save the Children?
R: Por ejemplo, si veo que los niños y niñas tienen interés en desarrollar ciertas competencias digitales, vamos a crear un programa o una formación para que puedan conseguirlo.
P: Hablando entonces de formaciones, de buscar otra manera de encontrar herramientas, aparece Design for Change…
R: Exacto. La pandemia nos ha traído muchos aprendizajes, y concretamente en Save the Children nos obligó a reinventarnos en tiempo record. Y estoy hablando de que en semanas tuvimos que montar un programa (“#atulado”) sobre cómo seguir impartiendo nuestros programas en remoto. ¿Qué pasó? Que el equipo sufrió muchísimo adaptándose a las nuevas formas de trabajo en digital. También se sintió muy orgulloso de aquello que habían conseguido montar sin interrumpir apenas la intervención que llevábamos a cabo.
Con este nuevo paradigma que se presenta, con la geodeslocalización, se crea la necesidad de formarse en el online. Y ahora que de nuevo se puede volver al presencial, nos damos cuenta de que es mucho mejor destinar los recursos a otras cosas que no sea coger aviones cuando puedo conectarme a una videollamada, que además me permite, por ejemplo, conciliar la vida profesional con la personal. Hay que optimizar los recursos y evitar todo lo que sea superfluo.
P: Para dar ejemplo de cómo generar bienestar…
R: Porque lo primero es cuidar a las personas.
P: Y en este paradigma del cuidado, ¿es dónde decidís formaros en el Taller de Facilitación virtual?
R: Claro, porque Design for Change nos ha ayudado con una formación muy completa y concreta, porque la gente no sabía facilitar una sesión online. Los y las formadoras se metían en Teams y hablaban durante una hora o dos, algunas personas utilizaban las herramientas que podían… Vamos, que veíamos una necesidad muy grande de formación en la materia. Creo que ahora consiste en formarse en habilidades, sobre todo cuando hablamos del online, donde cuesta mucho más mantener la atención. El online ha cambiado todo.
P: Por eso en las formaciones de Design for Change tratamos de despertar la “chispa DFC” que consigue generar energías que traspasan la pantalla y hacen que la formación sea más dinámica. Así, se facilita mantener la atención. En este sentido, ¿qué destacáis en Save the Children de la formación?
R: Personalmente participé en la formación, hablé además con otras personas que también participaron y lancé un cuestionario (y cuando tenga un número razonable de respuestas os lo enviaré). De lo que he podido leer, señalaría ciertos factores como que es una formación corta, es decir, en cinco horas durante dos días lo tienes (así no pierdes gente por el camino) y garantizas que las personas estén mindfulness. Además, al no impartir grandes contenidos donde profundizas en todo, se permite abrir la mente para buscar ideas alternativas, y esa es la clave, porque el mundo está ahí fuera. Antiguamente, en las formaciones, solo valían los contenidos que se impartían en las mismas; ahora, tenemos la tecnología a nuestro alcance, así que con unas cuantas pinceladas se nos permite buscarnos la vida, que de eso se trata. Así, adaptamos lo que aprendemos a nuestra realidad. Esto es lo bueno que aporta la formación con Design for Change.
Resumiendo: en cinco horas nos dais ideas de por dónde tirar, de lo que se puede hacer, de hasta dónde podemos llegar… Y dónde están las herramientas y los recursos, porque nos suele costar mucho encontrarlas. Con esta formación se facilita la dinamización de las sesiones y se te abre la mente, te motiva, te invita a pensar: “Venga, a ver cómo lo hago yo”. Eso es lo que te impacta. La formación estuvo cargada de ilusión, de ese “wow”, de esa chispa y ese brillo en los ojos, con frases como: “¡Mira esto!”, “Ah, claro, ¡es verdad!”, “¡Qué bueno”!
P: ¿Qué aporta Design for Change a las organizaciones del tercer sector?
R: Solo el nombre de vuestra organización ya da una pista. Y es que el cambio hay que diseñarlo, porque si viene “solo” es muy traumático; hay que acompañar en ese cambio, porque el ser humano viene programado para rechazar el cambio, porque nos gusta estar en nuestra zona de confort (entendida no como el lugar donde estoy a gusto, sino como mi lugar habitual). Y ese es el valor añadido de Design for Change: acompañar en el cambio. Porque cuesta; me cuesta hasta a mí, que soy muy fan del cambio. Los miedos no nos permiten ver las oportunidades.
En este sentido, es la dirección de las organizaciones quien tiene que apostar por el cambio para que funcione. Design for Change es una herramienta muy potente para gestionar el cambio, nos enseña que es un proceso que debe ser respetado, desde la toma de conciencia, pasando por la creación de interés y el compromiso, hasta que se integra en el día a día. Hay que cuidar el proceso y en Design for Change ayudáis muy bien a gestionar el cambio.
Es muy necesaria vuestra labor porque en muchas organizaciones lo están haciendo como pueden, pero realmente no tienen el conocimiento, aunque crean que sí, porque muchas direcciones de organizaciones continúan con modelos antiguos que ya no funcionan, porque el mundo ha cambiado, los actores también; por lo tanto, hay que cambiar los modelos.
Recordemos que las personas que forman parte de las organizaciones solo quieren que se les escuche, quieren aportar al mundo.
P: Si pudieras lanzar un mensaje breve a la dirección de una ONG, ¿qué le dirías a las directoras y directores para que se atrevan a probar a Design for Change?
R: Las normas han cambiado, ¡admítelo ya! Porque la sociedad evoluciona, el ser humano evoluciona (a mejor) y hay que aceptar lo que está viniendo y adaptarse al cambio para desarrollar todo nuestro potencial.
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