El metaverso para potenciar la creatividad de los niños y niñas. En Design for Change sabemos que la nueva educación debe potenciar la creatividad de los niños y niñas y hacerles ver que son capaces de todo. Todo el mundo es capaz de pasar de nivel en un videojuego y se lo pasa bien haciéndolo, ¿por qué no hacer del aprendizaje su juego favorito? Descubre cómo aplicar el metaverso en tu aula.
Por Rocío Rubio
Vivimos en la era de la comunicación. Por todos los rincones, surgen nuevos datos, estadísticas, descubrimientos, teorías y conceptos que nos llegan a diario. Recibimos información a través de los medios de comunicación, nuestras redes sociales, nuestros amigos, conocidos y familia, nuestro entorno de trabajo e incluso en los carteles de las paradas de autobús. Este exceso de información es precisamente el causante de que, en muchas ocasiones, no lleguemos a comprender la mitad de los datos recibidos. Y, ¿quién puede culparnos?
En los últimos meses, hemos oído hablar de un concepto nuevo llamado metaverso. Pero, ¿qué es exactamente un metaverso? Se trata de entornos, generalmente digitales, donde las personas podemos interactuar en todos los ámbitos: económico, social, entretenimiento y tiempo libre, laboral, comercial, etc. Funcionan como una realidad paralela en la que podemos desempeñar todas las labores habidas y por haber en un formato digital. Existen muchos motivos para integrar estas nuevas realidades virtuales en nuestras vidas: la gestión de nuestro dinero por medio de criptomonedas, o bien nuestro propio entretenimiento mediante un juego digital en el que participamos como avatares. Las posibilidades son infinitas. Al fin y al cabo, se trata de un mundo nuevo que se abre ante nosotros.
Como en Design for Change seguimos abogando por la revolución de la educación, nos preguntamos: ¿Cómo podemos utilizar esta nueva herramienta en el ámbito de la docencia?
En primer lugar, la creación de un metaverso propio puede suponer para los colegios una mayor flexibilidad y adaptabilidad a posibles imprevistos. La idea de contar con un metaverso propio consiste en disponer de todas las instalaciones del centro de forma virtual. Es decir, la posibilidad de acceder a las aulas, los comedores o las salas de biblioteca a través de la pantalla de nuestro ordenador. Esto puede resultar muy útil para las familias que quieren consultar aspectos sobre el desempeño de su hijo o hija; y para el profesorado a la hora de impartir sus lecciones; así como para el alumnado que no puede asistir al centro de forma presencial. Es el mismo concepto que las clases virtuales; pero más humanizado, ya que se trata realmente de una réplica del colegio a la que se puede acceder desde cualquier parte.
¿Cómo aplicar el metaverso a un aula particular?
La forma más sencilla de implementar el concepto del metaverso en el aula es convertir la clase en un videojuego. Sí, un videojuego. Como docente, puedes idear una realidad virtual en la que tus alumnos y alumnas tengan que resolver retos, cuestionarios e incógnitas para ir pasando de nivel. ¡Exactamente igual que en sus juegos favoritos!
Te preguntarás: ¿cómo puedo hacer yo esto? Pues no es tan complicado como puede parecer en un principio. La idea consiste en que te inventes un mundo imaginario que motive a tus estudiantes y les impulse a avanzar poco a poco. Para ello, tendrán que aprender conceptos y aplicarlos a las distintas pruebas que les plantee el videojuego. Si responden correctamente a las preguntas, pasarán al siguiente nivel. Si no, tendrán que repetir la prueba.
Una experiencia propia
Puedo confirmar de primera mano que esto funciona: soy estudiante de Traducción e Interpretación en la Universidad Pontificia Comillas (dónde Design for Change tiene un acuerdo de colaboración para estudiantes en prácticas). A lo largo de la carrera he estudiado materias que son esenciales para la profesión, pero no necesariamente la pasión de mi vida. En particular, cursé una asignatura sobre economía, cuya dinámica fue excelente y precisamente el motivo por el que todos los integrantes de la clase la disfrutamos. Varias profesoras de la universidad idearon una realidad virtual llamada Traducistán: un país en el que los ciudadanos éramos los estudiantes de traducción. Durante el tiempo que duraba la clase de economía, pasábamos a formar parte de esta realidad paralela, en la que intercambiábamos bienes y servicios, emitiendo facturas y actuando como empresas, tanto en grupo como a título individual.
Esta dinámica convirtió una asignatura que no generaba una ilusión especial en ninguno de los alumnos y alumnas en un juego que desarrollar y en el que avanzar día a día. Nuestras profesoras convirtieron la materia en un proceso por el cual entretenernos y aprender a la vez. Debíamos registrar todas las transacciones y actividades económicas realizadas en una plataforma creada por ellas, lo que hizo la asignatura aún más atractiva, ya que, en el fondo, estábamos jugando a un videojuego.
Sabemos que crear un juego conlleva tiempo y conocimiento de las plataformas digitales necesarias para su elaboración, pero ¡no te preocupes! También puedes encontrar videojuegos ya ideados por trabajadores de la docencia que han sido tan amables como para compartirlos con el mundo. Solo tienes que hacer una búsqueda rápida por internet y escoger los que mejor se adapten a tus clases y tus objetivos. ¡Puedes acceder a un sinfín de posibilidades!
Si prefieres crear dinámicas como estas sin recursos digitales, también puedes hacerlo. Se pueden idear experiencias interactivas y educativas para los alumnos y alumnas sin necesidad de programar o crear una página web. Simplemente, puedes hacerlo en el plano físico, utilizando folios, cartulinas o cualquier otra cosa que estimule a tus estudiantes. ¡Usa tu imaginación! Los niños y niñas a los que enseñas te lo agradecerán enormemente, y tendrán ganas de empezar tu clase todas las semanas. ¡Convierte tu aula en un lugar imaginario en el que convivir con tus estudiantes!
La meta de todo esto es convertir las lecciones vistas en clase en experiencias dinámicas e interactivas para los niños y niñas. De esta manera, se divertirán aprendiendo y querrán profundizar más en los conceptos que les cuentas. Este formato de clase les permite adquirir capacidad creadora, desarrollar su creatividad innata, en cuanto a las lecciones didácticas que reciben, lo que motiva sus aspiraciones y les da confianza en sus propias capacidades.
En Design for Change sabemos que la nueva educación debe potenciar la creatividad de los niños y niñas y hacerles ver que son capaces de todo. Todo el mundo es capaz de pasar de nivel en un videojuego y se lo pasa bien haciéndolo, ¿por qué no hacer del aprendizaje su juego favorito?