La investigación se llevará a cabo en un centro educativo de la Comunidad de Madrid para medir el empoderamiento del alumnado a lo largo de las fases del proceso metodológico DFC basado en Design Thinking

Por Beatriz Alonso

Por primera en España se medirá el impacto educativo de la metodología Design for Change (DFC), gracias al equipo investigador multidisciplinar de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). El proceso metodológico DFC (basado en Design Thinking) parte de la observación y de generar conversaciones, para después colaborar para conseguir un objetivo común, pasando a la acción y desarrollando capacidades como el empoderamiento. El equipo investigador de la UCM y el de DFC España se han reunido para firmar el acuerdo de investigación que se llevará a cabo con alumnado de Primaria y Secundaria en un centro educativo de la Comunidad de Madrid.

 

PREGUNTA: La misión de DFC consiste en “Facilitar el empoderamiento de niños, niñas y jóvenes con el I CAN”, y la investigación que nos vincula permitirá definir el concepto de “empoderamiento” en el marco de la Metodología Design for Change y analizará su impacto en un centro educativo de Madrid que sigue esta metodología educativa. ¿Cómo será el proceso?

RESPUESTA: “El objeto de estudio es el empoderamiento, qué instrumentos podemos utilizar y cómo se puede medir. Además de la literatura científica, el enfoque que le vamos a dar es colateral. Analizaremos los elementos y cómo se percibe el empoderamiento en el alumnado de Primaria y Secundaria, y cómo se percibe en DFC, para intentar comparar los resultados. Después, estableceremos un grupo control con alumnado que ha hecho DFC y con alumnado que no. Así podremos observar las consecuencias y las diferencias. Usaremos una metodología mixta: cuantitativa para evaluar los procesos y cualitativa para observar el proceso con cuadernos de campo, entrevistas focales, documentación gráfica, etc. Ambas se complementan para no quedarnos solo en las estadísticas. A lo largo de las diferentes fases, iremos viendo cómo se aplica el termino empoderamiento. Implicaremos a los propios grupos en la mejora de los mismos. Así, ellos, en primera persona, podrán seguir las fases, clave en el empoderamiento como lo entendemos: la capacidad de hacer. Esta investigación está basada en un enfoque longitudinal y cuenta con tres etapas: 1ª: Análisis de la bibliografía, diseño de los instrumentos, identificación del centro educativo (octubre-diciembre, 2020); 2ª: Pruebas de validación de los instrumentos (enero-febrero, 2021); y 3ª: Recogida de datos en el centro y redacción de resultados (febrero-junio, 2021)”, Dr. David Alonso, director del equipo investigador y coordinador del Máster de Formación de Profesorado.

P: En estos tiempos difíciles que estamos viviendo, la fundadora de Design for Change, Kiran bir Sethi, suele decir: “Cuando todo es incertidumbre, todo es posible”. ¿Qué posibilidades presenta esta investigación sobre el “Impacto Educativo de Design for Change”? ¿Cómo afrontáis este proyecto?

R: Estoy en educación en parte por DFC, me habéis enamorado, esta colaboración es una oportunidad para poder investigar sobre el tema. Hablar de DFC es hablar de innovación, no solo educativa; sino de procesos de innovación. El futuro de la universidad pasa por establecer ecosistemas de innovación, que necesitan como condición previa la colaboración y la cocreación entre el mundo académico y el mundo no académico: instituciones, empresas, ONG… Nosotros tenemos que trabajar para una sociedad a la que muchas veces no tenemos en cuenta. Es esencial que las investigaciones respondan a retos reales”, Dr. David Alonso, director del equipo investigador.

 “Me siento muy afortunada, creo que vamos a trabajar muy a gusto, David nos ha contagiado toda esa ilusión por Design for Change. Este proyecto da forma en mi mente a trabajos que ya llevo desarrollando desde hace tiempo”, Dra. Gemma Muñoz, miembro del equipo investigador.

“Estamos aquí empujados por el entusiasmo de David, que nos implica en iniciativas como esta, con unas posibilidades de aplicación práctica tremenda que funcionan a las mil maravillas. Hay muchos puntos de conexión entre las áreas que representamos y DFC”, Dr. José Ignacio Ortega, miembro del equipo investigador.

“Este es un año muy especial para todos así que estoy encantado de estar en este proyecto”, Dr. Carlos Nieto, miembro del equipo investigador.

P: Decía Andreas Schleicher, el director de Educación en la OECD, en una masterclass con Kiran, que “las competencias que necesitamos para afrontar la pandemia son: empatía, manejar la incertidumbre, tomar la responsabilidad que a cada cual nos corresponde y pasar a la acción”. Estas son competencias que el profesorado destaca que se desarrollan con DFC. ¿Cuáles os parecen más relevantes para afrontar estos tiempos que corren? ¿Cuáles añadiríais?

R: “Mi experiencia implementando DFC fue en la universidad privada, y fue un poco difícil integrarlo, pero al final salió, y estas competencias, junto con la resolución de problemas, por ejemplo, que es la esencia de los currículos, que está reflejada en las leyes, pero falta la parte práctica; porque para llegar a ese empoderamiento y ese Yo Puedo, lo primero es Yo Entiendo; para que puedas diseñar la solución de un problema, tienes que entenderlo, contrastarlo, tienes que ver los datos. Me hace mucha ilusión ver si en ese empoderamiento que vamos a investigar y que, por supuesto, incluye la empatía, existen estos elementos”, Dra. Xiana Sotelo, miembro del equipo investigador.

“Desde mi experiencia con DFC, veo que se responde a un problema cuando se entiende bien; por eso hay que contrastar, documentarse… Primero hay que hacer una investigación, porque es muy fácil perderse. Ahora todo es etéreo, no como antes, que valía con leer un libro. Las competencias son el salto cualitativo esencial en DFC porque están asociadas a acciones reales, ya que entendemos mejor la realidad cuando estamos dentro. En el currículo está recogido como emprendimiento. En este sentido, en el proceso DFC, la fase Actúa es la clave”, Dr. David Alonso, director del equipo investigador.

P: “Aprender a gestionar la incertidumbre y a adaptarse al cambio” son dos de las necesidades que más se escuchan estos meses, ¿os parecen prioritarias? ¿Cuáles son las vuestras en materia de Educación? ¿Consideráis que tenemos los recursos y las herramientas suficientes para hacer frente a esta situación?

R: En esta incertidumbre en la que estamos inmersos, el componente ‘cambio’ es más necesario si cabe. Con ejemplos concretos de cómo se trabaja en las aulas (separar grupos, reducir ratios…), la limitación para los equipos directivos es tremenda, se demanda más contratación de profesorado para hacer frente a los mínimos necesarios para poder desarrollar sus roles. Es el momento de ver que los contenidos han de menguar en favor de poner encima de la mesa la importancia de las metodologías y la experimentación. El volumen de contenidos actual es inabarcable. En las aulas habría que centrarse en los pilares fundamentales de la metodología DFC: creatividad, trabajo en equipo y pensamiento crítico. Dentro del ámbito de la didáctica de las ciencias sociales, están en el día a día”, Dr. José Ignacio Ortega, miembro del equipo investigador.

P: En DFC utilizamos la dinámica STOP-START-CONTINUE para “evoluar” (evaluar + evolucionar). En la comunidad educativa, ¿qué sentís que tendríamos que dejar de hacer?, ¿qué deberíamos empezar a hacer?, y ¿qué deberíamos seguir haciendo?

R: “STOP: La educación en general se valora poco, se devalúa el papel del profesorado. Hay que subir un poco el nivel en educación, para que el profesorado se sienta valorado, darle más importancia a la pasión y a la humanidad. Aprender más de otros modelos en Europa”, Dra. Xiana Sotelo, miembro del equipo investigador.

“STOP: Medir la educación con exámenes o trabajos, porque falta la actitud, las competencias… Todo se mide y se examina, y no nos paramos a pensar si esto es lo que queremos. START: Empezar a escuchar al alumno, a sus necesidades, buscar dónde arrancó el problema, por qué estamos así, y cómo se puede mejorar. El alumno quiere expresarse y muchas veces los docentes, por temario o por lo que sea, nos olvidamos de escuchar. Educación es mucho más que el concepto o la competencia que queremos que adquieran”, Dra. Esther Jiménez, miembro del equipo investigador.

“STOP: Estandarización de las pruebas. El ‘Evolúa’ no se califica así. El aprendizaje es constante: construimos y reconstruimos en función del momento y de cómo se constituyen las redes neuronales. Que alguien te califique sobre si eres bueno o no, te somete a una presión innecesaria. A mí me refuerzan mis estudiantes, el hecho de verles crecer a lo largo de sus propios proyectos”, Dr. David Alonso, director del equipo investigador.

 “STOP: Medir, porque muchas cosas no son evaluables. El covid ha dejado muchas cosas que no son medibles. Hay mucho estrés y miedo, y hemos tenido (y seguimos teniendo) que trabajar mucho la resiliencia. Saber que un alumno ha valorado dejar la carrera y gracias al apoyo recibido del grupo no lo ha hecho, me parece mucho más importante. Dra. Gemma Muñoz, miembro del equipo investigador.

“START: Hicimos un proyecto de educación emocional, donde primero aprendían a sentirse a uno mismo, para luego sentir al otro. Así se observan los problemas personales, se involucra a la comunidad educativa. Al profesorado se le preguntó cómo hacían para acercarse al alumnado, y lo tenían claro, pero no tenían las herramientas para gestionarse a ellos mismos. Involucrar al profesorado es esencial para conocer las necesidades del alumnado”, Dra. Marta Silvera, miembro del equipo investigador.

P: ¿Cuál debería ser la base del aprendizaje? ¿Qué nos deberíamos cuestionar en Educación?

R: “Estamos viviendo una revolución 4.0 donde hay que desarrollar metodologías docentes ajustadas a este entorno. La visión a largo plazo es absolutamente clave. Es el momento de hacerlo, no solo por el covid; sino por este mundo globalizado donde el acceso de contenidos está a golpe de click: insistir en que un profesor te va a alumbrar con su conocimiento es importante, pero el conocimiento se puede adquirir de muchos modos. Hay que aprender a aprender”, Dr. David Alonso, director del equipo investigador.

P: ¿Cómo invertir para que la Educación sea parte de la solución?

R: “Hay que darle valor a los contenidos, dejar expresarse al alumno, fomentar el pensamiento divergente. ¿Por qué no se permite este tipo de pensamiento? Es una oportunidad para dar valor a las emociones y salir reforzado, fomentando el trabajo en equipo”, Dra. Gemma Muñoz, miembro del equipo investigador.

P: Visto el panorama actual, ¿qué necesitan los y las jóvenes para convertirse en agentes de cambio? ¿Les estamos escuchando?

R: “Siempre que empiezo un curso, no soy yo quien inicia DFC; sino que les agrupo en pequeños equipos y les pregunto sobre qué les gusta y que no de la carrera, cómo la mejorarían, y les pido que hagan una síntesis. Poco a poco, se empoderan: es un fenómeno natural que sucede si se les facilita el proceso. Es esencial escucharles en el primer minuto de clase. Es el primer ejercicio de empoderamiento. Nadie puede ser protagonista sobre algo impuesto. Hay que darles importancia y protagonismo desde el primer momento. Por lo que me dicen los alumnos, año tras año, nadie les pregunta más que a partir de cuestionarios que no se toman en serio. Escuchándoles, se reducen las distancias y se minimiza la incertidumbre del profesor”, Dr. David Alonso, director del equipo investigador.

Escuchando, el profesor reduce las barreras y deja espacio a la mejora. Para ello, en DFC les damos las herramientas y les explicamos que son facilitadores del proceso, que no tienen que dar la solución porque el alumno es el máximo responsable de sí mismo. Así se facilita el aprendizaje y el empoderamiento. Hay que atreverse, como hace David, a generar las condiciones para que se produzca. Las metodologías son elementos para facilitar la conexión entre las personas y dan las herramientas para facilitar la escucha”, Miguel Luengo, presidente de Design for Change España.

P: ¿Qué os surge que pueda estar aportando DFC para ayudar a resolver esta crisis?

R: DFC tiene un potencial enorme hacia la educación del futuro, no solo por la metodología, sino porque este tipo de metodologías se van a ver cada vez más representadas en la normativa oficial, para desarrollar objetivos y competencias. Y lo sé porque veo los resultados de los proyectos DFC que hace mi alumnado, que son realmente emocionantes, y es porque detrás hay una metodología”, Dr. David Alonso, director del equipo investigador.

Cuadra perfectamente con lo que buscamos en educación”, Dra. Esther Jiménez, miembro del equipo investigador.

Esta metodología puede aportar ese pensamiento crítico que necesita el alumnado para enfrentarse al mundo tecnológico”. Dra. Érika Tiburcio, miembro del equipo investigador.

“Y es que no hay resolución de problemas si no hay pensamiento crítico”, Dra. Xiana Sotelo, miembro del equipo investigador.