
Por Beatriz Alonso
Fundación Universia y Design for Change España organizan un Taller I CAN en la Universidad Complutense de Madrid. Una formación para derribar tópicos, complejos y barreras con estudiantes universitarios como tú, que conviven con alguna discapacidad; igual que Ramón Rodríguez, responsable de Marketing y Proyectos Globales en la Fundación Universia.
Ramón tiene una hipoacusia bilateral severa por una cocleopatía, es decir, una sordera de origen genético inoperable, que se manifestó cuando tenía 22 años, y se soluciona con audífonos o con un implante coclear; pero “como con audífonos sigo siendo funcional, me dicen que espere a tener más pérdida, mientras se desarrolla la industria de los implantes”, comenta Ramón, al tiempo que añade que existen unos implantes cocleares led, con los que literalmente: “Escuchas luz. Y ya se están probando en ratones”, explica.
P: Una vez que la patología se manifestó durante tu época universitaria, ¿a qué retos tuviste que enfrentarte en este ámbito?
R: Cambió mi forma de ir a clase. Antes me sentaba en las filas de atrás, y atendía; pero sin tener que estar todo el tiempo a tope. Fue un reto tener que estar continuamente concentrado. Antes de empezar a usar las adaptaciones auditivas, tenía que leer los labios, y también era un reto. La relación con mis compañeros cambió y se volvió más difícil. Dejé las prácticas en el periódico en el que estaba; y al volver a clase, los compañeros eran más jóvenes, y hacer amigos no fue tan fácil.
Te cuento una anécdota: Un día llegué tarde y no me pude sentar en primera fila. El profesor, que llevaba un rato hablando, se me quedó mirando y se fue poniendo cada vez más nervioso; yo no entendía que pasaba… Se empezó a enfadar, ¡y es que yo no había entendido que me había echado de clase! Entonces le señalé el audífono y se murió de la vergüenza. Fue una situación de clarísimo malentendido. Al final, me acabó poniendo matrícula de honor, porque a mí esa clase me encantaba: Periodismo científico y pensamiento crítico; que cuadraba muy bien con el asunto, porque llegamos a constatar que no todo es lo que parece.
P: ¿Piensas que se te etiquetaba por tu discapacidad?
Antes de llevar el audífono, cuando ya los síntomas se estaban manifestando, la gente solía decirme: ¡Estás en Babia! Nadie se paró a pensar que me pasaba algo, que no oía bien. Tuve estas etiquetas hasta que me puse el audífono, que se veía, porque era más grande que el de ahora; y noté un cambio en la actitud de la gente. Poco a poco, lo vas viendo; es gracioso porque me pasa incluso hoy en día. Cuando ven el audífono, la gente se sorprende, te habla más alto, gesticula. Es una actitud general: la forma en la que la gente se relaciona con la discapacidad suele ser condescendiente, en casi todas las discapacidades.
Por otra parte, también hay muchas ayudas; como, por ejemplo, las institucionales en exención de tasas escolares. Además, hay fundaciones y entidades que te ayudan, como la Fundación Universia.
P: ¿Tu familia y tus amigos sabían hasta dónde podías llegar?
Por lo que me pasó, y por las circunstancias, ellos asumieron -y yo asumí- que mi potencial -que siempre había estado allí- ya no estaba. Te dicen: “Encuentra un trabajo y ya”. De repente, tus ganas y tu talento, ya no importan. No se espera nada de ti, solo por el hecho de tener una discapacidad. Y lo triste no es que te lo digan los demás, es que te lo creas tú. Acabas entrando en una miseria que en el fondo es cómoda. Por eso, en Fundación Universia impulsamos las capacidades de las personas y les decimos que no son menos que nadie; y que si antes podían, ahora tienen que poder más. Nadie va a creer en ti; y, sin embargo, la vida que estaba destinada para ti, sigue estando ahí. Se trata de una forma de discriminación muy sutil, que tiene que ver más con la sobreprotección que con la barrera; y que se soluciona con empatía y haciendo preguntas.
Además, al tener una discapacidad, desarrollas otras capacidades. En mi caso, noté que mejoraba mucho mi lenguaje no verbal. Ahora soy capaz de leer a las otras personas, al tener que apoyarme más en lo visual, me he vuelto más observador.
P: ¿Cómo es el día a día trabajando en Fundación Universia?
R: Es una maravilla. Además de trabajar con Banco Santander, trabajamos con otras entidades; y, sobre todo, con jóvenes de 18 a 35 años, donde cada caso es tan particular, que conoces a gente muy distinta. Es un desafío enriquecedor, porque cada caso es un mundo en la discapacidad. Y te enteras de cosas alucinantes. Por ejemplo, aprendo mucho de otras discapacidades; y de la mía, en nuevos campos como la tecnología. Te da la sensación de que no puedes llegar a ser experto en esto; siempre hay algo que se te escapa. El denominador común en la discapacidad es que hay algo en la vida que tienes que hacer distinto.
P: ¡Yo Puedo!, ¿qué significa para ti?
R: Sentimiento de orgullo y de fuerza frente a una especie de indefensión aprendida. Es un ¡Yo Puedo! para dentro, porque te tienes que destruir para volver a crearte. Pero para conseguirlo, tienes que salir de la zona de confort.
P: A partir de la experiencia de comenzar a colaborar con Design for Change España, ¿qué aportación crees que marca la diferencia con otras organizaciones?
R: Creo que en lo que nos podéis ayudar, más allá de vuestra metodología basada en el Design Thinking, que es muy novedoso; es en cambiar la mentalidad. Otros partners que tenemos son más técnicos, centrados más en adaptaciones pedagógicas; y Design for Change es una solución innovadora. Por ejemplo, la experiencia del Taller I CAN en la Universidad de Valencia salió genial, porque son las propias personas las que se dan cuenta de que pueden cambiar la situación. El proceso anima a reflexionar participando y ayuda a pensar con más claridad.
P: En Design for Change proponemos una oportunidad para cambiar la mirada: del docente al alumnado, y viceversa; de persona a persona; a la misma altura; así, nos escuchamos: tienen cosas relevantes que decir. No son el futuro, son el presente. En el ámbito concreto de la discapacidad, ¿cómo podría hacerse efectivo?
R: Los docentes tienen que dejar de ver la especificidad de los alumnos como lo que les define; les tienen que ayudar en todo lo posible, pero verlos como uno más. Pasa con cualquier minoría. Cambiar la mentalidad para que la persona deje el rol y se vea a sí misma como una más. Por ejemplo, damos charlas a jóvenes de origen inmigrante en institutos, y se ven los roles súper encasillados. Hay que explicarles que todavía están “por hacer”, y pueden llegar a donde quieran si superan estos prejuicios. En colectivos excluidos, el problema es que a veces aceptan la etiqueta como propia.
P: ¿Qué más inconvenientes os encontráis en el día a día?
R: El tema de la discapacidad está muy de moda, pero en el trabajo diario podría estar más en la agenda de mucha gente. Al final, está un poco en la cola de las prioridades. A veces, es difícil trabajar en el día a día, porque hay otras urgencias. Es un poco el corolario: muchas empresas lo entienden como Responsabilidad Social Corporativa; pero no acaban de ver del todo que lo que tiene que ver con diversidad e inclusión va a hacer que sus cuentas de resultados mejoren, porque repercute en el compromiso. Es decir, tiene un retorno; no se trata de la caduca y malentendida caridad: es estrategia de inversión en talento, en el caso de la contratación; y en experiencia del empleado, en el tema de voluntariado. Siempre que hemos ido a hacer actividades de sensibilización y conseguimos que se impliquen, luego trabajan de un modo distinto. Y las empresas lo están empezando a ver.
P: ¿Cuál es la necesidad número uno ahora mismo en el ámbito universitario en relación con la discapacidad?
R: Está siendo cubierta la adaptación de materiales pedagógicos y la eliminación de barreras, es decir, la inclusión académica. Queda por hacer la inclusión real, en espacios públicos, que se concreta en ciertas actitudes, como por ejemplo, que no se pare la gente a mirarlos; luchar contra los prejuicio, las etiquetas y los rechazos. En general, se está avanzando; también con las discapacidades invisibles (TEA, Crohn, hemofilia…), que cada vez se entienden mejor, pero es un gran asunto.
P: Y ya para terminar, ¿podrías contarnos alguna de tus experiencias más emotivas?
R: En la universidad, tuve una asignatura que me estaba costando mucho, y del puro decir ¡Yo Puedo!, a pesar del miedo que tenía; lo hice lo mejor que pude, y saqué un 10. Y yo, que era muy cuidadoso con todo, me di cuenta de que lo importante era lo mucho que estudié y que lo conseguí.
Y tú, ¿quieres tener la oportunidad de aprender una metodología que te ayuda a enfrentarte a retos en tu día a día?
¡Vente al Taller I CAN el próximo lunes 29 de abril en la Universidad Complutense! ¡Apúntate aquí!
Se trata de un proceso disruptivo que ya ha empoderado a más de 2,2 millones de personas en el mundo y que traemos a la Universidad para ti, para que tú puedas mejorar tu entorno y desarrollar tus capacidades. Ellos y ellas han podido, y tú ¡también puedes!
¿Qué haremos?
Durante 4 horas recorreremos un proceso definido basado en el Design Thinking, explorando la metodología Design for Change y poniéndola en práctica para conseguir enfrentarnos a retos y cambiar el mundo. Partiremos de lo que sabemos sobre la discapacidad, poniendo en valor cada aportación; elegiremos un foco de acción; imaginaremos soluciones a partir de las ideas propuestas (todas cuentan y todas son importantes) y, después de un proceso de debate, llevaremos una de ellas a la práctica para mejorar nuestro entorno. Este proceso no va de decir “hay que”, va de “hacer”. Nuestro objetivo es llevar a cabo un cambio de mirada sobre qué es eso que llamamos “discapacidad” y reflexionar sobre si realmente es tan importante para definir quién eres y quién vas a ser en el futuro.
Porque las y los universitarios no sois el futuro, sois el presente. ¿Hasta dónde quieres llegar para empoderarte?
¡Vente al Taller I CAN a desarrollar tu actitud emprendedora!
En Design for Change nos centramos en el proceso, no en el resultado; sin embargo, ofrecemos verdaderos resultados demostrables que no solo tendrán repercusión en ti, sino en todo tu entorno y en las personas que se relacionan contigo.
¿Quieres saber más? Aquí tienes algunos vídeos:
¿Qué es Design for Change España?
https://www.youtube.com/watch?v=hrNjScNLAuk
Resumen proyecto Representante DFC España: “Sin Límites”
https://www.youtube.com/watch?v=Hax2LJlZ14E
FUNDACIÓN UNIVERSIA, que cuenta con el mecenazgo de Banco Santander, desarrolla proyectos innovadores que impulsan lainclusión social y laboral de las personas con discapacidad, a través de su formación superior y desarrollo profesional, para consolidarse como una organización internacional de referencia en el ámbito del empleo cualificado y vinculado al desarrollo del talento diverso en empresas que apuestan por un crecimiento inclusivo, responsable y sostenible.
¡Apúntate ya al Taller I CAN de Design for Change España con Fundación Universia en la Universidad Complutense!
https://www.fundacionuniversia.net/tienes-discapacidad-yo-si-puedo/?platform=hootsuite