CARTA DEL PRESIDENTE

Por Miguel Luengo

Los porqués del fin de la Caravana del Cambio y el enfoque total hacia el Encuentro ¡Yo Puedo! Design for Change en estado puro: aprendizajes

Para un Despertador de Sueños, hablar de sueños es una cosa muy seria. La Caravana del Cambio empezó a gestarse hace más de un año, cuando supimos que el encuentro internacional anual de Design for Change (DFC) del 2019 tendría lugar en el Vaticano. Desde DFC España identificamos la necesidad de aprovechar este Encuentro ¡Yo Puedo! (desde DFC Global se ha llamado I CAN Children’s Global Summit) para crear una historia que nos ayudase a contar cómo en DFC España entendemos la educación. Así, creamos la Caravana del Cambio, que nos permitió ilusionarnos con la idea de vivir un encuentro increíble en Roma y, además, aprovechar el trayecto hasta allí para materializar nuestro ideal de educación a través de la experiencia de vida compartida con 100 jóvenes y 25 educadores/as.

El sueño de la Caravana fue evolucionando y planificamos un gran proyecto que pudiese atraer la atención de las grandes organizaciones patrocinadoras y que lograse un gran impacto mediático. La idea fue bien recibida, aunque, en el momento de concretar acuerdos para financiarla, no se terminaron de cerrar en su gran mayoría. Todo el equipo DFC España al completo hemos luchado hasta no poder más: llamando a todas las puertas a las que teníamos acceso y a las que no, imaginando nuevos enfoques y mensajes y… el resultado no cambió. Involucramos a los centros participantes y a todos nuestros círculos en la búsqueda de los recursos necesarios para hacer que el sueño se hiciese realidad y… tampoco fue suficiente. En ese instante, reflexionamos una vez más y llegamos a la conclusión de que no era el momento de que la Caravana del Cambio se cristalizase tal y como la habíamos soñado.

Así que nos encaminamos hacia una Caravana del Cambio igual de atractiva y con el mismo sentido, aunque mucho más modesta. Como todo sueño, necesitaba una fecha en la que revisar si era factible o no, porque este sueño se sueña con 100 jóvenes y 25 educadores que estaban pendientes de conocer la forma final que tendría.

Esta revisión se llevó a cabo la segunda semana de octubre, para tener el tiempo suficiente de reacción y gestión para abordar un nuevo posible enfoque. El día anterior a tomar la decisión, yo tenía claro –porque este artículo está escrito desde la perspectiva personal de cómo he vivido el proceso–, que había que seguir apostando por la Caravana, que nos costaría lograr encontrar los fondos para hacerlo realidad, si bien que lo lograríamos. A pesar de ello, me conecté con algunas de las premisas de DFC:

  • Lo importante no es la idea de una persona, sino la que se genera en el grupo.
  • Si preguntas, tienes que estar dispuesto a escuchar la contestación, en caso contrario… no preguntes.

Así, afronté la reunión con el equipo DFC España para evaluar la decisión, y me encontré con una realidad que me costaba asumir. El sueño de la Caravana del Cambio había llegado a su fin: el nivel de estrés del equipo y el grado de incertidumbre de los destinatarios finales, los 100 jóvenes y los 25 educadores, no justificaba seguir luchando por ese sueño.

Fue un momento duro de digerir. Renunciar a un sueño desde luego no es fácil; si bien se sobrelleva cuando eres consciente de lo importante:

  • Los niños, niñas y jóvenes no son el futuro son el presente, y tenemos que escucharlos.
  • Las personas son más importantes que los proyectos.

De esta manera, todo es mucho más fácil. Veo cómo dejando pasar este sueño por el momento (quién sabe qué podremos hacer en el futuro), nos centramos en que otro sueño brille con más fuerza: el Encuentro ¡Yo Puedo! en Roma.

¿Y los aprendizajes? Son muchos. Aunque si tuviera que destacar uno, sería la importancia de revisar y contrastar cómo de conectado está el sueño con aquello que es lo importante.

Y esta es la historia de cómo un sueño, la Caravana del Cambio, da paso a otro sueño, que siempre ha estado ahí, y que permitirá que los 100 jóvenes y los 25 educadores/as se unan a los 2.000 jóvenes de 40 países en Roma. Allí, se pondrá de manifiesto no solo el potencial que tienen cuando se les da la oportunidad, sino las soluciones que logran cuando les dejamos hacer.

Un buen amigo me decía: “En ocasiones, hay que dejar pasar la belleza”. Sí, la Caravana del Cambio era un sueño bello que ha sido muy estimulante (y también extenuante) mientras ha durado. Ahora, da paso a un sueño que siempre ha estado ahí y que dará visibilidad a nuestra máxima: “Los niños, niñas y jóvenes no son el futuro, son el presente”. Para ello, seguimos necesitando ayuda (si quieres apoyar a la Delegación DFC España, pincha aquí), porque un sueño compartido es siempre más mejor.

Por supuesto, no podría terminar de otra forma que con un gran agradecimiento a todas las personas que, de una u otro forma, han hecho y hacen posible que los sueños sigan vivos.

 

Miguel Luengo

Presidente de Design for Change España