Jugar con una pelota lanzándola de unas manos a otras en la sala solo puede ser el preludio de algo divertido. Miguel Luengo invita a los y las asistentes a terminar la frase “Yo puedo…”: hacer lo que me propongo, realizar mis sueños, inspirarme esta tarde, cuidarme y cuidar a los demás… Empieza el Taller.

Una de las primeras preguntas que surge es “pero y esto del design thinking, ¿qué es?”.  Sencillo ejemplo: siempre que usamos un post it queda doblado hacia arriba ¿cómo despegarlo para que quede plano? Hay que tirar de forma lateral. Es cierto, pequeños cambios marcan la diferencia, solo necesitamos los conocimientos y las herramientas. Pero no siempre las tenemos para, por ejemplo, dar la voz a todo el mundo en el aula. ¿Cómo lo hacemos entonces? Miguel, facilitador del taller, empieza a dar las claves de la escucha para facilitar el proceso Design for Change y hacer que las cosas ocurran. Así, la relación con el alumnado cambia: se trata de escuchar más; de dirigir menos. “Cada vez los educadores nos demandan más herramientas. Y es que cambiando la forma en la que educas, cambias el mundo”, confirma Miguel.

Después de la presentación de la asociación y de la metodología, la explicación es práctica, para optimizar el tiempo y el aprendizaje. Se forman grupos de trabajo y se elige un tema. ¿Qué es lo relevante? ¿Qué hay en tu cabeza detrás de esa idea? Lo que buscamos son hechos, fruto de la observación. Entramos en la primera fase SIENTE con un brainstorming. Se trata de un proceso de convergencia-divergencia-síntesis para pasar del post it individual (donde se han apuntado las ideas en nubes) a la conversación grupal. “¡A compartir! ¡Que cada persona lo exprese como quiera! ¡Dejaos sorprender!”, les anima Miguel.

En ese momento los grupos comienzan a emocionarse, algunos se levantan de las sillas para explicarse mejor. Se trata de identificar realidades, pero todavía no hay que buscar soluciones; sino observar los matices para ver qué engancha con el grupo: eso es lo importante, elegir el foco que tiene más potencial para generar el cambio. ¡Compartiendo nuestras ideas inspiramos al resto y nos enriquecemos! En la fase IMAGINA los miedos se quedan fuera y se da rienda suelta a la creatividad. Después, en la fase ACTÚA se ‘aterrizan’ las propuestas, por muy ‘locas’ que sean. “Partir de lo general a lo particular ayuda a aterrizar lo que nos preocupa: de la guerra al bullying, por ejemplo. Design for Change es una metodología inclusiva porque cada niño o niña se va enganchando en cada una de las fases”, confirma Miguel.

¿Qué aprendizaje nos llevamos del proceso? Empieza la fase EVOLÚA (evaluación+evolución) que lleva a la última fase, COMPARTE. Es decir, hacer visible lo invisible:

  • Parar para crear. Parar para transformar una situación
  • Salir de las “cajas mentales”. Todo es posible
  • Favorecer la escucha activa, el debate y la interacción, el pensamiento convergente y divergente
  • Respetar las fases del proceso
  • Fomentar una mentalidad flexible y abierta
  • Colaborar
  • Aceptar e integrar las intensidades de cada persona
  • Co-construir
  • Respetar todas las ideas
  • Participar activamente
  • Comunicarse sin conocerse previamente
  • Ser conscientes de que tener una estructura facilita alcanzar un objetivo
  • Escucharse e incluir las opiniones de todo el mundo
  • Valorar la importancia de las ideas “locas”
  • Compartir ideas que se enriquecen con las aportaciones del resto
  • Saber que cuando definimos un problema, estamos encontrando también la solución. Hay que escribirlo y ordenar las ideas
  • Motivar a otros grupos o comunidades
  • Conocer una metodología que también se puede implementar en la empresa o en solitario

“Hacer un proyecto DFC es la excusa, lo importante no es el resultado. Lo enriquecedor es el proceso, la reflexión. Esto va de crecer”, termina asegurando Miguel. Al final, se lanza de nuevo la pelota y la pregunta “Yo puedo…”: pensar en positivo, imaginar… Las respuestas muestran el antes y el después, la conexión con una misma y con las personas del grupo que se ha producido y cómo las ha empoderado.

Un taller solo son dos horas, una aproximación a la metodología. Para profundizar en ella, ¡os esperamos en el LAB de doce horas el 13, 14 y 15 de junio en Madrid! ¡Animaos a disfrutar del proceso completo! https://www.ticketea.com/entradas-curso-dfc-espana-lab-i-can-madrid-junio-2018/

Se puede contar, pero hay que vivirlo 😉