Está claro que la combinación de las palabras “brainstorming” y “ordenado” es bastante extraña y sin embargo puede animar a algunos que son un poco reacios a utilizarla.
Y por reacios no estamos hablando, como en alguna ocasión hemos escuchado, de los que piensan “quiero un brainstorming cortito y dirigido”, porque eso no es ser reacio, sino desconocer el significado de la palabra.
Estamos hablando de los que piensan que si no hay un poco de orden, no van a probar esta herramienta y es que de otra forma, la sensación de pérdida de control les bloquea.
Para esos, ahí va una pequeña plantilla que les puede ayudar:
La dinámica es muy sencilla:
- Se explican las reglas del brainstorming:
- Todas las ideas son válidas
- No hay que juzgar
- Hay que construir sobre las ideas de los demás
- Bienvenidas las ideas locas
- Se hacen grupos de entre 4 y 8 personas.
- A cada uno se les entrega una plantilla y se les pide que escriban en el recuadro número 1 su idea.
- A continuación, y en el sentido que se prefiera, cada uno pasa su plantilla a la persona que tiene al lado y a su vez recibe la del que tiene al otro lado.
- En la casilla dos, cada uno tiene que dar otra idea, si bien partiendo de la idea del recuadro 1. De esta forma, estamos “obligando” a construir sobre la idea de los demás, dándole cada uno su propio toque.
- La plantilla gira hasta que se hayan rellenado todas las casillas, siempre construyendo sobre la idea de la anterior persona, y si alguien se bloquea, no pasa nada, simplemente pasa la plantilla sin rellenar el recuadro.
- Al final, el grupo pone en común todas las ideas y seleccionan las que les parecen más interesantes de acuerdo con los criterios que se marquen.
Sobre esta base, las posibilidades son múltiples y a medida que se va tomando confianza es posible utilizar otras modalidades menos “ordenadas”
¿Os animáis a probar?