En el marco del #BetterTogetherEducacion y con el plan educativo basado en competencias digitales en el candelero informativo, entrevistamos a Johanna Pérez Strand, responsable de Transformación Digital Educativa en Innedu. Psicóloga de formación, aunque nunca ha ejercido como tal, Johanna irradia ese background por el mundo. Y su trabajo la ha llevado lejos:  Smithsonian Institution, British Museum… Y es que Johanna está centrada en la Psicología aplicada al aprendizaje. Para ella es “un superpoder”, nos explica, porque significa “capacidad de adaptación”. Especializada en educación informal, utilizaba el arte como herramienta para enseñar en los museos. Se define como educadora con niños y formadora para profesores porque es consciente de que cuando las personas trabajan juntas, todo es más fácil.

Pregunta: ¿Qué significa para ti #BetterTogetherEducacion?

Respuesta: Conexión. Con tu entorno, con los demás, contigo mismo. Con tu realidad. Con tus padres, con la gente que es diferente a ti… Con quien sea que está a tu alrededor y con quien al final logras conectar. En realidad, conectas contigo, con la mejor parte de ti, con tu parte emprendedora.

P: Uno de vuestros valores en Innedu es ‘espíritu de equipo’, ¿de qué manera lo enlazáis con el Better Together?

R: Desde el ser consciente de lo importante que es el equipo y lo mucho que lo puedes llegar a disfrutar. Nos mimamos mucho. Hay momentos duros, pero hay que ser consciente de lo importe que es cuidarse, preguntar qué tal estás… todo lo que hacemos tienen impacto. Lo importante es la actitud.

P: ¿Con qué otras organizaciones establecéis sinergias?

R: ¡Con Design for Change (DFC)! Es un tipo de organización que ha decidido hacer una propuesta de valor aportando flexibilidad, horizontalidad, adaptabilidad…

P: ¿Cuáles son las alternativas en las que estáis trabajando que se pueden englobar en el #BetterTogetherEducacion?

R: El dialogo esta en marcha desde hace tiempo. Estamos investigando otras vías. Yo me dedico a formar en metodologías activas. Utilizamos la metodología DFC en nuestras reuniones, nos hemos mimetizado con ella. Así he entendido el proceso creativo y lo puedo concretar en una propuesta. Lo hemos adoptado de forma natural. Está integrado.

P: ¿Cuáles son las oportunidades en el sector?

R: Están ocurriendo dos cosas: por una parte, hay una conciencia generalizada y una voluntad de cambio; por otra, existe la necesidad. La transformación ya ocurre en otros sectores y países. Hay que buscar la manera de cada uno, pero hay que hacerlo. Van a acudir a nosotros porque ya tenemos experiencia. Es una oportunidad enorme. El mundo está más abierto a las iniciativas. En general, no solo nosotros y vosotros.

P: ¿Qué os demandan más?

R: Proyectos de transformación digital. La tecnología no es el punto de partida ni la clave de transformación, son las personas a las que hay que formar. Nos centramos en competencia digital docente. No es solo técnico, se trata de conocer bien los recursos para hacer más atractivo el contenido. Ayudamos a hacer el click mental para que ocurra el cambio cultural, el cambio en la manera de hacer las cosas.

Formamos a equipos directivos, stakeholders, centros educativos, colegios, empresas que cuentan con procesos educativos de Responsabilidad Social Corporativa, academias, museos… ¡quien lo necesite!

P: ¿Cuáles son los inconvenientes que os encontráis en el día a día?

R: Resistencia al cambio. No me refiero a una actitud reflexiva y critica; sino a no querer salir de la zona de confort, es decir, a estar instalado en el no.

También nos encontramos con falta de medios, de financiación. Pero el top 1 es la resistencia al cambio. Todo lo demás es salvable. ¿Quieres un ejemplo de como lo salvamos? En la universidad tenemos un grupo que funciona como palanca inicial: formamos al profesorado. Son los ‘Impulsores’ (nombre del grupo que con su buena voluntad ha impulsado el proyecto). Les damos herramientas, les hemos organizado en tribus, cada uno con una misión. Mi labor es llevarlo a cabo en el día a día. Organizan talleres para contagiar y compartir el conocimiento.

P: Y ya casi para terminar, ¿podrías contarnos alguna de tus experiencias más emotivas?

R: Cuando volví de Londres, al principio de trabajar en Innedu (incluso nos llamábamos de otra manera) hice un proyecto con el ministerio de Educación, que me llevo a formar a profesores por colegios rurales de toda España. Fue la primera vez que vi un cierto tipo de resistencia al cambio tan brutal. La formación fue contundente y sólida. Pasaron de 0 a 100. Se convirtieron en generadores de actividades una vez que entendieron las herramientas. Se desarrolló mucha creatividad e iniciativa. A día de hoy, el proyecto sigue adelante; y eso que a veces nos faltaba no solo el wifi, sino también la electricidad.

P: ¿Cómo ves el futuro de la Educación?

R: Muy diferente a lo que yo he vivido como alumna. A mí me gustaría, siendo optimista, una educación que nos permita a cada uno sacar el talento que llevamos dentro. Una educación motivadora, que atienda a las necesidades especiales que todos tenemos. Veo una educación que dura toda la vida y que combina educaciones formal e informal (la barrea no tiene sentido). Una educación mas abierta, que se disfruta más; más útil y eficiente, y que llega a todo. La tecnología bien entendida puede ayudar a que se llegue a todo el mundo, gracias a los analitics, al big data… Que hagamos cosas que hasta ahora no podíamos hacer. No digo que haya que estar conectados todo el día. También hay que fomentar el juego libre, estar fuera del aula… Una educación integral.