Con la mirada al frente y dispuesta a ponerse manos a la obra, Apurva San Juan, de 22 años, estrena el puesto de directora general de Design for Change España. Con este giro estratégico, damos un paso más en el camino de hacer realidad nuestro lema “Los y las jóvenes son el presente”, materializando que efectivamente pueden liderar el cambio.
Y es que Apurva es una líder natural. Y se ha formado para tal fin: se encuentra en el último curso de sus estudios de Liderazgo, Emprendimiento e Innovación en la Universidad de Mondragón y, entre otros proyectos innovadores, ha formado una cooperativa, LUP, en la que desarrollan productos tecnológicos basados en inteligencia artificial para facilitar la lectura del día a día a personas con baja visión.
En esta entrevista, Apurva San Juan nos cuenta cómo planea generar las condiciones para que el cambio ocurra, empezando por nuestra ONG. Porque a eso ha venido a esta entrevista en Impact Hub Madrid, a hablar de la revolución; pero no de una cualquiera, sino de la única posible: la de la educación.
Por Beatriz Alonso
PREGUNTA: Hacer una revolución profunda y sostenible en un área tan importante como la educación es un reto, ¿qué te mueve para emprender esta tarea? ¿Con qué se alimenta tu motor del cambio?
RESPUESTA: Cuando era pequeña, me dijeron que no podía hacer ciertas cosas sin pedir permiso: debía levantar la mano para ir al servicio o para dar mi opinión. Me dijeron que ya entendería el porqué cuando fuera mayor. Cuando crecí, me rodearon de obligaciones: “Tienes que estudiar porque solo quienes estudian consiguen cosas en esta vida”, o “tienes que obedecer a los profesores o a tus padres, aunque no tengan razón, porque sí, porque siempre ha sido así y no puedes cambiarlo”. Me decían que los mayores tenían razón por el hecho de ser mayores y que cuando yo lo fuera, lo entendería.
P: El clásico con solera: “Cuando seas padre, comerás huevos”…
R: Efectivamente. Y no parece que las cosas hayan cambiado lo suficiente. Resulta que ahora que tengo una edad a la que muchos atribuyen cierta madurez para hacer ciertas cosas, sigo sin entender de lo que hablaban. Y lo peor, siguen sin escucharme.
P: En Design for Change España llevamos más de diez años demostrando al mundo que las y los jóvenes podéis liderar el cambio, por eso tenemos que escucharos y confiar en vuestro potencial. Tu nombramiento como directora general es la materialización de nuestra convicción: “Los y las jóvenes son el presente”.
R: Gracias. Porque escucho a la gente de mi edad hablar de temas que nos conciernen a todos, como la crisis climática o las desigualdades económicas; y veo como los mayores, los que están arriba, no hacen caso a los gritos. Oyen, pero no escuchan; y, sobre todo, no pasan a la acción.
A día de hoy a veces me pregunto qué les diría a todas esas personas que un día me vetaron la palabra… Si alguien me hubiera dado la oportunidad de alzar mi voz seguramente las cosas serían distintas –o no–. Lo que sé de seguro es que no habría estado quejándome hasta hoy, porque no me daban la oportunidad de hacer otra cosa; sino aportando soluciones.
Por eso hoy no hablamos de quejas, sino de algo mucho más productivo: La Revolución en mayúsculas. Porque vamos a hacer la revolución de la educación.
P: ¿En qué va a consistir esta revolución?
R: A lo largo de los siglos, las revoluciones han servido como medio para cambiar las situaciones injustas; y aunque suene diferente o raro, los jóvenes merecemos nuestra propia revolución.
Cuando utilizo esta palabra, no me refiero a levantarnos en armas, ni a comenzar una guerra intergeneracional. De hecho, el verdadero caos no hace ruido, y de eso hablo, de revolucionar el modo en el que se han hecho las cosas a lo largo de los años.
P: Vamos al origen. Como estamos hablando de revolucionar la educación, ¿puedes contarnos tu experiencia en este sistema educativo –y sistema en general– que considera que los y las jóvenes son el futuro y algún día tendrán la oportunidad de cambiar algo?
R: He crecido en un mundo con un sistema educativo que data de siglos atrás. Hace 100 años los coches empezaban a moverse con motores primitivos. A día de hoy, los coches pueden conducirse solos. Hace 100 años, los teléfonos iban con cable y tenías que contactar con un teleoperador físico para que te pasaran con la persona con la que deseabas hablar. A día de hoy, con un móvil puedes comprar, leer, usarlo como GPS… Y mucho más. Hace 100 años nos sentábamos en pupitres alineados, con una pizarra delante y con la máxima autoridad de la sala en el profesor. A día de hoy… muy a mi pesar las escuelas siguen siendo iguales en la mayoría de los casos.
¿Cómo puede ser que en cien años hayamos avanzado tanto en tantas cosas pero no en la manera de educar?
Nelson Mandela decía: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Si queremos cambiar el mundo, si queremos revolucionarlo, hagámoslo desde la educación.
P: ¿Y cómo vamos a emprender esta revolución disruptiva y constructiva a la vez desde Design for Change España?
R: Creo que la revolución de la educación comienza dándole la palabra a los niños y jóvenes; pero dándosela de verdad, no haciendo como que escuchamos. La única manera de cambiar el enfoque de la educación es dar voz a quienes educamos.
¿A ti cómo te gustaría que te hubieran educado? Yo hubiese querido tener la oportunidad de hablar, de dar mi opinión, y hasta de cambiar de verdad aquellas cosas que me importaba cambiar. Y creo de verdad que a las niñas y jóvenes de hoy en día también les gustaría que alguien les pasara un micrófono para contar cómo están pasando a la acción.
La verdadera revolución comienza con los más jóvenes, cuando se les da la oportunidad de cambiar las cosas, cuando se les escucha y se les confirma la idea de que son capaces, de que ellas pueden y deben revolucionar el mundo.
Llevamos años escuchando que somos el futuro, que el mundo estará en nuestras manos, pero cuando queremos pasar a la acción, nos callan; y eso es porque conocen nuestro potencial, saben que si nos levantamos, se mueve el mundo. Y es que no somos el futuro, somos el presente –esto fue lo que más me enganchó de Design for Change– y debemos cambiar el orden de las cosas, no mañana, no en un futuro próximo… Hoy. Porque el mundo no espera.
P: Por eso, como decía la fundadora de Design for Change, Kiran Bir Sethi: “Si no somos nosotros; entonces, quién. Y si no es ahora; entonces, cuándo”. Hoy, tienes la oportunidad de poner en práctica esos cambios como directora general de Design for Change España.
R: Como jóven que soy, en Design for Change España me dieron la oportunidad de cambiar el rumbo de las cosas, de hacerlas de otra manera de cómo se venían haciendo. Además, somos pioneras, porque esto nunca había pasado –el traspasar el liderazgo a una joven– en ninguna delegación de Design for Change de ningún país.
Afortunadamente, estoy rodeada de personas que llevan diez años trabajando por la revolución de la educación. Gracias al equipo de DFC España, 31.000 niños/as y jóvenes han experimentado la Filosofía del I CAN (Yo Puedo), que básicamente consiste en estar convencida de que tú misma puedes cambiar las reglas del juego, darle la vuelta a la tortilla, cambiar el mundo empezando por tu propio entorno, por tu mundo. Porque como decía Eduardo Galeano: “Pequeñas personas en pequeños lugares haciendo pequeñas cosas, pueden cambiar el mundo”. Nos hablan siempre de cambiar el mundo a lo grande, como si todos aspirasemos a ser la madre Teresa o Gandhi, pero no se trata de eso, si quieres cambiar el mundo, empieza por cambiarte a ti misma y a los que te rodean.
P: ¿Cómo vas a afrontar la responsabilidad de tu cargo?
R: A día de hoy, asumir el mando de una organización que cree en mí, me da la seguridad para:
- decir que “yo puedo” y
- cambiar el rumbo de la organización.
En nuestra ONG también estamos viviendo una revolución, y es que las verdaderas revoluciones empiezan en casa. No podemos asegurar y gritar que los jóvenes son el presente y no hacer cambios en nuestra forma de hacer las cosas. Mi objetivo es que todos las niñas, niños y jóvenes tengan la oportunidad de, como yo, decir “yo puedo”.
Ya va siendo hora de darles lo que les llevamos prometiendo años: voz y altavoz. Solo educando en la revolución y dándoles las herramientas para hacerla, podremos esperar que en el futuro esos niños y jóvenes cambien las reglas del juego. Si nos dicen toda nuestra vida que no podemos, cuando crezcamos, aún teniendo las herramientas para revolucionar, no podremos hacerlo, porque no tendremos la convicción.
Y fíjate que hablo de revolución: es un juego de palabras en sí mismo, revolución y evolución (una no puede coexistir sin la otra). La revolución necesita de la evolución para poder mejorar y la evolución de la revolución para poder cambiar.
P: Como decía nuestro antiguo claim “La educación es tuya, ¡evoluciónala!, que se convirtió en el actual “Revolucionar tu aula, es de buena educación”. ¿Cuáles son las líneas estratégicas que vas a liderar en DFC España para conseguirlo?
R: La idea de que la educación ha de ser el motor de cambio en el mundo es un concepto que realmente hay que desarrollar más. Es importante tener en cuenta que no podemos solo acercarnos a un sector concreto de la educación, tiene que ser global. Por ello, nuestra visión consiste en conseguir que Design for Change llegue a la mayor cantidad de niñas/os y jóvenes, de hecho, a todos y todas.
La estrategia reside en plantar la semilla del cambio en todos los centros educativos: públicos (sobre todo), concertados y privados, incluyendo FP y universidad; así como en la educación no formal (asociaciones, ONG…).
Y no vamos a parar aquí. Para que esa semilla crezca, además de las formaciones y el acompañamiento a centros educativos, que venimos haciendo desde hace diez años –y es la manera en la que plantamos la semilla del cambio–, queremos dar la oportunidad de que se introduzca la Metodología DFC en todas las etapas educativas como eje transversal, bien integrada en el currículo y en el Proyecto Educativo de Centro.
Por otro lado, aprovechando que estamos en el Año Europeo de la Juventud, reforzaremos el trabajo que ya hacemos en proyectos europeos para impulsar el I CAN Mindset (Mentalidad Yo Puedo) a nivel internacional; sin olvidarnos de todas las nuevas colaboraciones que queremos desarrollar con empresas, fundaciones y organizaciones a nivel nacional, sumadas a las que ya están en marcha.
Y para que todas estas personas que vayan sintiendo y poniendo en práctica su Yo Puedo compartan sus experiencias de cambio y se enriquezcan mutuamente, crearemos la Comunidad DFC, de la cual ya existe un Grupo Motor de 15 miembros que lleva un año funcionando. En esta comunidad de aprendizaje viva y dinámica, todo el mundo participará y compartirá un objetivo común –revolucionar la educación–, visión y valores; así, aprenderemos entre iguales y en red, planteando intervenciones transformadoras de la realidad.
P: ¿Qué les puedes decir a todos esos niños y niñas que están esperando su oportunidad?
R: Hoy me gustaría poder hablar con la niña que una vez fui para decirle que no se preocupe, que pronto la educación cambiará y ya no tendrá que preguntarse por qué ha de pedir permiso para hacer cosas o perdón por dar su opinión. Le diría, igual que le diría a todas las niñas y niños, que vamos –ella y yo, juntas– a cambiar las cosas, que se nos dará la oportunidad de aportar al cambiar. Estoy segura de que ella me contestaría que no puede esperar al futuro para proponer cambios y pasar a la acción, que quiere poder levantar su voz en ese momento.
Creo que es mejor decirle a mi niña, en lugar de que no “se preocupe”, que se “ocupe” en hacer la revolución”.
Para ese lugar y tiempo en el pasado no tengo solución, pero para todas las niñas, niños y jóvenes que, como yo, hoy buscan ser el cambio, sí tengo solución. Revolucionad la educación porque es vuestra. Y podéis hacerlo ahora, porque sois el presente.